La literatura erótica, una joya por descubrir
Justo con el comienzo de esta estación, las editoriales aprovechan el tirón del momento, y con la excusa del eslogan «La primavera la sangre altera«, empiezan a sacar al mercado todo un arsenal de lecturas románticas. Cierto que este género literario ha crecido mucho en los últimos años, y se ha desmarcado bastante de aquellas novelitas estilo folletines que existían a mediados del siglo pasado; además, estas eran inocentes y llenas de amor romántico, acorde con la época y sus costumbres y prejuicios, cosa que ya no existe y que hace que este tipo de lecturas tengan muchos aspectos que podrían considerarse con tintes eróticos e incluso para público adulto. Y luego, por supuesto, está la literatura erótica.
Sí, ya sé lo que vas a decir. No voy a dudar en reconocer que la pornografía en internet es un duro rival para cualquier tipo de lectura, pero mucho más para la de contenido adulto. La gente en general prefiere quebrarse poco la cabeza, y les resulta más fácil ver un video porno que leer una escena caliente en una novela y tener que echar mano de la imaginación. Ya sabes, todo queda más en la memoria si es a través de la vista, y como en realidad la pornografía y el erotismo tienen como misión el excitar el cuerpo y los sentidos en plan sexual, pues oye, ¿para qué quebrarnos la cabeza, si con un par de minutos viendo actrices porno montando a sus compañeros de escena podemos apañarnos?
Hasta hace poco, esa debía ser la opinión de la mayoría. Pero fíjate que algo debe haber cambiado, no sé si en la zona porno o en la literaria, pero hay cierto cambio de tendencia. No es que la gente deje de ver videos xxx ni acceder a material pornográfico por supuesto, pero, sin embargo, hay un repunte de las ventas en novela erótica. Al parecer, o el porno actual no es tan bueno, o realmente el público ha empezado a notar la diferencia entre lo que es el porno y el erotismo. Porque no es lo mismo, ¿o acaso no lo sabes?
Y no sólo no es lo mismo, sino que, en ciertas ocasiones, la lectura erótica es mucho más placentera que el ver sexo entre dos desconocidos que sabes que están haciendo su trabajo, por mucho que lo hagan lo mejor que saben. La pornografía consigue eso de forma casi instantánea, pero cuando has ido leyendo una historia, has conocido a los personajes, sientes como tuya las emociones y los pensamientos que pasan por su corazón y mente, y llegas al momento cumbre en el que por fin tienen relaciones sexuales… ¡eso es otra cosa!
Y una vez que un montón de lectores se han dado cuenta de ese valor, bueno, ya sólo que da elegir. En la mano de cada uno queda tener sus preferencias, pensar qué queremos en cada momento, qué buscamos, o simplemente que es lo más adecuado para el momento en que estamos. Durante mucho tiempo la literatura erótica ha sido muy desprestigiada, y no ha habido razones especificas para que sea así. Y en la actualidad, cuando grandes escritores están introduciendo en sus ficciones escenas eróticas así por casualidad, y cuando algunas series de novelas eróticas se están llevando incluso a la pantalla con buena acogida entre el público, todavía sería más absurdo no darse cuenta del potencial de este género literario.
La sexualidad forma parte de la nuestra vida, y no debemos tener ningún prejuicio al reconocerlo. Y el erotismo se creó para despertar nuestros sentidos y nuestros apetitos sexuales, cosa que también data de largo tiempo atrás. Así que sí, deja que tu sangre se altere, y busca aficiones que vayan con ello.